THE OLD SALT

El chimpancé Felipe y el cuidador de la casa de mi abuelo en El Aaiún. 

Mi abuelo y su amigo Mamadou.

El día de su pedida de mano a mi abuela. Era un hombre de honor y de palabra. 

  

Mi abuelo en la portada de uno de los primeros panfletos del INSERSO. 

 Viejo “lobo de mar.” 

 

Mi abuelo era lo que se podía llamar un viejo lobo de mar, no os dejéis engañar por su foto de caballero elegante y sofisticado. A los 11 años, su padre, mi bisabuelo, lo envió a la mar por blasfemar y allí estuvo a punto de morir ahogado en varias ocasiones… Aquellos eran otros tiempos, allí tuvo la oportunidad de conocer mundo, Africa para ser exactos, mis recuerdos más queridos de la infancia eran ver sus fotos junto a sus amigos (Tuaregs y otros amigos africanos) y sobre todo recuerdo una foto que tenía con un mono, su mono, si, ¿Quien puede decir que su abuelo tenía un simio como mascota?. 

De aquel hombre, me alucinaba su austero y parco semblante, al contrario que mi abuela, el era el silencio personificado y cuando hablaba aquella voz de trueno retumbaba cualquier habitación donde se encontrara, el era un hombre de palabra como ningún otro hombre que haya conocido jamás, era honesto y sobretodo era un rebelde y un contestatario, no se doblegó ante nadie. El orgullo le hizo perder riquezas, pero le hizo tener una familia que le tuvo como un referente, patrón de barco/ factoría, estuvo muy presente y fue pieza fundamental para la creación del banco de pesca Canario/Saharaui, sin su intervención y mediación no hubiésemos tenido ese territorio, eso si, siempre desde el respeto a los pueblos de Africa, era el suyo un amor por una tierra por la que suspiraba en el momento de su retiro de la mar, mientras escuchaba en su radio emisoras en francés y árabe que le hacían estar más cerca de esa vida de aventuras que anhelaba. Heredé su amor por vivir aventuras y por Africa, su fortaleza de espíritu y entereza ante las adversidades y lo más importante, a identificar la nobleza de carácter, porque aunque el mundo está lleno de “arribistas” y últimamente aquellos de corazón y mente oscura intenten demostrarnos que la debilidad que les define, nos envuelve a todos los demás, no hay nada más lejos de la realidad, cada vez soy más selectiva y observadora, más…“vieja loba de mar” como lo era el, escucho lo que tiene que decir cada persona, pero solo me fío de las acciones y el que es oscuro té querrá convencer de que actúa así porque el mundo es así de oscuro. 

No, días oscuros como estos que vivimos en estos últimos años demuestran quienes tienen la luz con ellos y quienes solo tienen la oscuridad. Ese viejo lobo de mar me enseñó tanto, tan solo habiéndome sonreído en dos ocasiones en toda mi vida, me enseñó que la dignidad y la nobleza de un ser humano es un tesoro y también me enseñó mi querido “Padre” (ese era su apodo y así era como le llamaba su familia y la gente que lo quería) lo alto que he de poner el listón en las personas que entran en mi vida. 

Mi querido y rebelde “lobo de mar” menudo camino tan maravilloso me has marcado. 

 

GRACIAS POR SER MI REFERENTE. 

 

V.G.S.